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Dia de la Tierra: Un S.O.S que aun no interpretamos
Si uno pudiera tener uso de razón a los cuatro o cinco meses de vida podría recordar años más adelante lo que sobrellevó para que lo entendieran.
Hace varios años, nuestro planeta Tierra transcurre por una situación similar. Grita, llora, patalea, se mueve, aúlla y los “grandes” que debieran oírla y atender sus males, hablan de otra cosa, le “hacen ajó”, le muestran tías con verrugas, dibujan el aire con sonajeros, pero ninguno atina en el blanco.
Es interesante como la gente entiende a los perros, aunque no hablen el mismo idioma, o como los latinos escuchan letras de canciones anglosajonas. Rusos, chinos, venezolanos o yanquis saben de petróleo aunque en cada región se diga diferente, pero nadie entiende a un planeta que hace gestos enormes.
Habló hace tiempo, desde siempre. Cuando le extirpaban un pulmón, en las últimas décadas del anterior milenio (1) y creían que le quedaba lindo. Lloró tormentas que los, ahora ausentes, bosques podían haber evitado.
Siguió vociferando desde los polos y cada día grita más y nos “ahoga” en las orillas con su llanto, pero nadie parece oírla.
Hizo un berrinche terrible y devastador allá por diciembre de 2004 en el Océano Índico. O mas reciente en Marzo de 2019 en
Mozambique, Zimbabue y Malaui (2). Acaso cosecho más tristeza por el escenario destruido, que por el grito de auxilio que gimió.
Cual niño de meses de vida, se suman voces, comentarios, hipótesis: tiene fiebre, debe estar hojeado, es el empacho, la leche le cae mal, necesita un provechito, pero la pobre se esta desgarrando por dentro, pide socorro y nadie parece entenderla.
Da manotazos de ahogados, hace caer nieves en lugares impensados (3), y la muchedumbre festeja como si estuviera diciendo las primeras palabras.
Se sacude en lo más profundo de su ser (4) y la gente lo toma como una conducta, aunque terrible, natural. Inevitable.
Cada día que transcurre su pesar se hace más evidente, más tangible. Sequias en el sur, nieve a doquier en el norte. Huracanes en occidente y amenazas de tsunamis en oriente.
Son escasas las voces que pregonan con acierto el problema que nuestro Planeta Tierra intenta explicarnos. Pero sucede que no son muchos, entonces nadie les hace caso. Porque son pocos, porque ven el problema donde la mayoría parece ignorarlos, se pone en jaque la posibilidad de un acierto en sus predicciones.
Y la razón pasan a tenerlas, paradójicamente, los insensatos. Entonces son ellos quienes la medican, con guerras antiterroristas, con invasiones, con amenazas nucleares, con ideales de imperios, porque ( y sin razón alguna) ven que el mal son los que tiene turbantes, o los que tienen petróleo y no lo prestan, o los que dicen tener una “jeringa” mejor y la guardan por si acaso.
Y la Tierra sufre, grita, se desarma, tiembla, se derrite, y ellos ahí, con el antídoto frente a los ojos, pero mirando a Marte.
Referencias
(1) Situación de tala indiscriminada de arboles en las Amazonas. Fuente: Greenpeace
(2) Terremoto en el Océano Índico 2004. Fuente: Enciclopedia Virtual Wikipedia. Destruccion en elsur de África por el ciclón Idai. Fuente: eitb.eus
(3) Nieve caída en Capital Federal y Gran Buenos Aires, el 09/07/2007. Fuente: Archivo Clarín
(4) Terremoto en Ecuador el 16/04/16. En Ecuador 23/03/2019.
El 4 de febrero de 2018 en Taiwan. Fuente: La Nación