La Historia Que No Nos Contaron
Hace 82 años concluía “La Guerra del Chaco”, el conflicto armado más importante del siglo XX en Iberoamérica

El 21 de julio de 1938 se firmaba en Argentina el tratado de paz entre Bolivia y Paraguay, en lo que se denominó “La guerra del Chaco”, uno de los mayores conflictos del siglo XX dentro de Latinoamérica. Librada entre 1932 y 1935, supuso una disputa territorial precursora de los conflictos que posteriormente llevarían a la Segunda Guerra Mundial. En #JotaPosta repasaremos un poco la historia trágica de aquel nefasto suceso

Origen
El Chaco, más concretamente el Chaco Boreal de 650.000 kilómetros cuadrados, situado justo en medio de la frontera entre Bolivia y Paraguay, era un territorio inhóspito, seco y polvoriento, cargado de una abundante vegetación compuesta por palmeras, matorrales, zarzas y cactus, cuya única fauna eran arañas y serpientes venenosas, así como mosquitos transmisores de enfermedades. Respecto al suelo la posibilidad de cultivo era imposible, exactamente igual que la logística y las comunicaciones debido a la escasez de agua potable y a unas temperaturas de más de 50º C grados en verano. Sin embargo la riqueza del Chaco no estaba en su superficie, sino en el subsuelo por los enormes yacimientos de gas natural y también por las bolsas de petróleo que llevaron a despertar un gran interés por parte de bolivianos y paraguayos.
Jamás Bolivia y Paraguay habían mantenido ninguna disputa territorial, ni siquiera eran enemigos naturales sobre la región desde que se habían independizado de España en el siglo XIX. Paraguay por ejemplo únicamente se disputaba tierras con Argentina y Brasil tras la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870) que terminó en derrota y en la cesión de 150.000 kilómetros cuadrados de superficie. Bolivia por otra parte, solamente mantenía rivalidad con Chile tras su derrota en la Guerra del Pacífico (1879-1884) durante la cual perdió su única salida al mar. No obstante sería la urgente necesidad de ambos países por resarcirse de los fracasos anteriores, así como la posibilidad de extracción de materias primas, las causas que llevarían a un inevitable enfrentamiento entre paraguayos y bolivianos.

El detonante del conflicto sucedió de manera accidental el 25 de Abril de 1932, cuando un avión boliviano descubrió por casualidad la Laguna Pitiantuta, la cual se encontraba situada dentro de una frontera entre Bolivia y Paraguay que jamás había sido definida tras la descomposición del Imperio Español. Dos meses más tarde, el 15 de Junio, una fuerza militar boliviana, queriendo aprovechar las reservas acuíferas de la laguna, rodeó sus orillas y ocupó el Fortín Carlos López que era propiedad del Ejército Paraguayo. Por supuesto desde Asunción se tomaron la acción como una afrenta, por lo que el 16 de Julio una columna paraguaya recuperó el Fortín Carlos López sin apenas encontrar resistencia. Esta acción fue considerada como un “causus belli” en Bolivia, así que transcurridas 72 horas del suceso, el Presidente Daniel Salamanca salió al balcón del Palacio Quemado de La Paz, exhortando a las masas a alzarse en armas contra Paraguay.
A diferencia de Bolivia, Paraguay prefirió por no quedar como el responsable de una guerra que parecía inevitable ante la comunidad internacional. De este modo tuvo que ser el Ejército Boliviano el que llevó la iniciativa cuando 6.000 de sus tropas cruzaron ilegalmente la frontera del Chaco Boreal y ocuparon el 27 de Julio el Fortín Corrales, el 28 el Fortín Toledo, el 31 el Fortín Boquerón y el 7 de Agosto el Fortín Carayá. Finalmente y ante lo que se evidenciaba era una invasión a gran escala, el 21 de Agosto de 1931 Paraguay rompió relaciones diplomáticas con Bolivia. Acababa de comenzar la Guerra del Chaco.

Ejército Boliviano
Bolivia era un país poco preparado para una guerra y menos aún para llevar a cabo una invasión. La nación únicamente podía afrontar una contienda de corta duración porque dependía económicamente del exterior, ya que el 90% de sus productos básicos y alimentos se adquirían en el extranjero debido a que la mayor parte de la población campesina había abandonado la agricultura para trabajar en la minería. Lo mismo sucedía con el petróleo que se compraba en pocas cantidades a Argentina y otras materias primas procedentes de Europa y Estados Unidos.
Finalmente desplegó a un total de 250.000 soldados.

Ejército Paraguayo
Paraguay no estaba en una situación tan precaria a diferencia de Bolivia. Liderado el Gobierno del país por el Presidente Eusebio Ayala y estando el Ejército Paraguayo al frente del general José Félix Estigarribia, el trabajo de políticos y militares se centró exclusivamente en buscar la manera de defenderse de la agresión boliviana. Para ello las fuerzas armadas paraguayas encontraron el modo de compensar su inferior numérica aprovechando la orografía del terreno y atrincherándose en un inmenso frente de trincheras que se extendía desde la frontera del Brasil hasta la Argentina, protegiendo especialmente el margen del Río Paraguay para privar de agua al enemigo. Respecto a nivel interno, el Ejército Paraguayo contaba con una oficialidad competente que había estudiados en academias militares del extranjero y además gozaba de asesores procedentes de Francia; mientras que la tropa se componía únicamente de guaranís y criollos blancos que se comunicaban en castellano y se coordinaban a la perfección.
El Ejército Paraguayo desplegó a 120.000 soldados.
El Final del Conflicto
A mediados de 1935 casi la totalidad del Chaco estaba en manos del Ejército Paraguayo, que por aquel entonces se situaba a escasos kilómetros de Ravelo y sus pozos petrolíferos. Bolivia ya no podía de ninguna manera revertir el curso de la guerra y menos aún salvar la nación de ser invadida por Paraguay si continuaba en liza. Por dicha razón y el encontrarse el país luchando exclusivamente por su propia supervivencia, el Presidente Tejada Sorzano autorizó a sus diplomáticos buscar una salida negociada al conflicto. Para ello el Gobierno Boliviano envió a territorio neutral de Buenos Aires al coronel Ángel Rodríguez , quién negoció personalmente con los representantes paraguayos y los mediadores argentinos la paz.

Oficialmente el 18 de Julio de 1935, los generales de ambos ejércitos, José Félix Estigarribia y Enrique Peñaranda, se reunieron en Puesto Merino y firmaron la paz entre Paraguay y Bolivia. La Guerra del Chaco había terminado con un trágico saldo de 90.000 muertos.
Bolivia sufrió un total de 85.000 bajas entre 60.000 muertos y 25.000 prisioneros, además de un coste monetario de 228 millones de dólares.
Paraguay sufrió un total de 32.500 bajas entre 30.000 muertos y 2.500 prisioneros, además de un coste monetario de 128 millones de dólares.
El resultado de la Guerra del Chaco supuso una gran humillación para Bolivia porque no sólo perdió el conflicto frente a Paraguay, sino que su coste tanto en vidas como económicamente dejó a la nación en ruinas. Respecto al Chaco Boreal, Bolivia consiguió mantener 1/3 del territorio, incluyendo las zonas gasísticas; mientras que Paraguay como vencedor de la guerra, se anexionó las restantes 2/3 partes y por tanto aumentó notablemente su territorio y recursos de gas y petróleo.

La Guerra del Chaco constituyó uno de los conflictos más trágicos y sangrientos del siglo XX en Latinoamérica que desangró a dos naciones, en este caso a Bolivia y Paraguay. Librada en medio de la denominada “Era de Entreguerras”, el desarrollo militar de este conflicto sería un fracaso más de la comunidad internacional y de la Sociedad de Naciones (SDN) que poco a poco iría allanando el camino hacia la Segunda Guerra Mundial.