Agenda Cultural
Peces Raros y la desconfiguración perfecta del sonido

En la penumbra rítmica de la madrugada, cuando el cuerpo vibra más que piensa, Peces Raros vuelve a sumergirse en las profundidades de la electrónica para alumbrar otro hito: “Desconfiguración Vol. 4”, el universo remixado de su álbum Artificial. Esta entrega no es solo una colección de reversiones: es una declaración de principios, un manifiesto de club, un espejo que devuelve la imagen distorsionada —y por eso más verdadera— de su esencia musical.

Este volumen enciende el pulso global. A los nombres que ya son parte del paisaje sonoro argentino —Mariano Mellino, Eze Ramírez, Kevin Di Serna— se suman ahora verdaderos titanes del progressive house como Nick Warren, Henry Saiz y Rafael Cerato. Desde Europa hasta nuestras pistas, el idioma es uno solo: el de la pista en trance, el de las luces que cortan el humo como cuchillos, el del beat que late antes que el corazón.
Pero hay más: Julia Borelli, desde Berlín, le dio forma final al sonido. Con apenas 28 años, la ingeniera y productora ha trabajado con gigantes como Rüfüs du Sol, Richie Hawtin y Solomun, y ahora imprime su huella en este trabajo. Es una alquimista digital, parte de ese 1% que sabe cómo hacer vibrar cada átomo de una canción.

La banda también prepara su salto internacional: Puebla, Querétaro, Playa del Carmen, Tulúm, Ciudad Juárez y CDMX serán las coordenadas de un viaje donde el full set argentino cruzará fronteras con la fuerza de un vendaval.
Peces Raros no se detiene. Con Artificial inauguraron una nueva etapa, una evolución en el lenguaje electrónico tocado en vivo que desafía las reglas, diluye géneros y genera un ritual colectivo en cada presentación.

Y en esta desconfiguración no hay error: hay hallazgo, hay vértigo, hay libertad. Porque a veces, solo cuando todo parece perder su forma, aparece el verdadero sentido de la música.