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‘Tabula Rasa’: Qué significa el grito libertario que promete barrer con la historia

Manuel Adorni se convirtió en el gran protagonista de las elecciones legislativas porteñas al alzarse con el 30,12% de los votos, y con ello, una victoria histórica para La Libertad Avanza en el territorio que durante años fue bastión del PRO. Pero más allá de los porcentajes y los aplausos, fue una frase la que resonó fuerte sobre el cierre de su discurso: “tabula rasa”.

No fue una elección de palabras casual. Adorni, flamante legislador y aún vocero presidencial, se dirigió a los militantes con tono triunfal y dijo: “Tabula rasa, todo aquel que acompañe nuestra agenda es bienvenido, venga de donde venga”. En medio de la euforia violeta que pintó de nuevo el mapa político porteño, esa expresión de raíz latina dejó entrever algo más profundo que la inmediatez del resultado electoral.
“Tabula rasa” significa literalmente “pizarra en blanco”. En la filosofía clásica, especialmente en los textos de Aristóteles y luego Locke, hace referencia a la mente como un lienzo vacío que se va llenando con la experiencia. En clave política, en cambio, sugiere una invitación (o advertencia): todo puede recomenzar, todo puede reescribirse. Y quien quiera sumarse al proyecto libertario, tiene la oportunidad, sin importar su pasado partidario o su procedencia ideológica.
Esa pizarra en blanco es, en palabras de Adorni, el terreno fértil para un nuevo orden. Uno que desde el poder nacional busca ahora proyectarse sobre cada rincón del país. Y esta vez, comenzó por la capital: el histórico bastión del macrismo cedió, sin defensa, ante una nueva fuerza que promete romper estructuras, escribir reglas propias y borrar lo anterior.
Con 14 bancas en la nueva legislatura porteña, La Libertad Avanza no solo ganó una elección: inauguró una etapa. La “tabula rasa” no fue solo una figura retórica, fue una declaración de principios. Lo que está por venir, parece decir Adorni, aún no está escrito. Pero esta vez, ellos tendrán la tiza.