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¿Un muñeco hecho con inteligencia artificial o uno con alma?

Hay una nostalgia que no puede imitarse. No importa cuántos filtros, prompts o algoritmos se invoquen: lo hecho a mano guarda un alma que la inteligencia artificial aún no sabe replicar. Mientras las redes celebran la llegada de los nuevos “Action Man” virtuales, diseñados con IA dentro de blisters digitales y fondos generados por computadoras, en la Argentina hay una resistencia encantadora, desfachatada y profundamente artesanal: Milonga Customs.

Desde un rincón de Buenos Aires, Roco y su equipo convierten memes, figuras públicas y símbolos de la cultura popular en piezas únicas, cargadas de humor y crítica social. No se trata solo de juguetes: son esculturas de época, cápsulas de afecto nacional, homenajes satíricos a lo que fuimos, lo que somos y lo que no terminamos de entender. En un mundo donde las imágenes se fabrican con un clic, ellos prefieren el bisturí, el acrílico y la carcajada.

“Yo trabajaba en una juguetería, me encantaban los muñecos pero sentía que faltaba algo”, cuenta Roco. Fue entonces cuando se alejó del circuito tradicional y empezó a modificar figuras ya existentes, como si hiciera cirugía plástica sobre un Batman olvidado para convertirlo en Juan Carlos Batman o transformara un muñeco de acción genérico en Osvaldo Laport en modo galán. La respuesta fue inmediata: sus creaciones causaron furor tanto en redes como en ferias y galerías urbanas. El arte del reciclaje encontró su lugar en el corazón del caos porteño.

Cada obra es única. Desde un sifón de soda que homenajea/parodia a “Soda Stereo”, hasta cajas vacías que ironizan con brutal honestidad: “un padre ausente”. Las piezas se hacen a pedido, con fotos y detalles que los clientes envían, y pueden costar desde $3.500 según la complejidad. Los favoritos del público: Mauro Viale y Samid cara a cara, Ricardo Fort en modo dios de plástico, Fabián Show brillando con lentejuelas inmóviles y figuras que solo podrían haber nacido en este suelo: desde San Martín hasta personajes de realities olvidados.

Romper estructuras es parte de su esencia. Milonga Customs no solo crea objetos: propone una narrativa alternativa. En tiempos donde la IA transforma ideas en imágenes en segundos, Roco y compañía apuestan por el error, el detalle imperfecto, la mancha que cuenta una historia.

Semanas atrás, desde JotaPosta, se celebró el trabajo de caricaturistas argentinos frente al auge de ilustraciones generadas con IA al estilo Studio Ghibli. Hoy, la misma premisa vuelve a latir: lo que emociona, lo que conecta, no es el resultado perfecto, sino el trazo humano detrás de cada creación.

Porque no todo debe parecer real para ser verdadero. Hay algo profundamente hermoso en un muñeco con una capa mal cortada, un blister pegado a mano o una sonrisa pintada torcidamente. En Milonga Customs, cada figura respira con tinta, tijera y corazón. Y eso, la IA todavía no lo sabe hacer.
