ActualidadActualidad Política
El corazón de Sabato late en Santos Lugares: visita guiada por la historia, la literatura y la memoria

Hay casas donde el tiempo se detuvo, pero no por olvido ni abandono, sino porque la memoria las abraza con delicadeza. En Santos Lugares, a tan solo unos minutos del bullicio porteño, sobrevive intacta la casa de Ernesto Sabato. No es un museo convencional. Es un refugio del alma. Y quienes te abren sus puertas no son guías ajenos al relato, sino sus propios nietos, guardianes sensibles de un legado que no se deja empaquetar entre vitrinas.

Este sábado 19 y domingo 20 de abril, a las 15 horas, se abren nuevamente las puertas de esa casona de 1920 construida por Federico Valle —pionero del cine argentino—, en la que alguna vez se filmaron cortos de Gardel, y que desde hace décadas guarda entre sus muros la voz, las ideas y los silencios de uno de los pensadores más profundos de nuestra historia.
Sabato escribió aquí sus tres novelas. Aquí también pintó con rabia y ternura sus más de setenta obras, algunas de las cuales llegaron a colgarse en el Centre Pompidou. En este rincón, casi escondido del mundo, nacieron las primeras reuniones de la CONADEP, y en su sótano —recién abierto al público— se refugiaba junto a Matilde, en tiempos oscuros, cuando decir la verdad era un acto de coraje.

La visita —íntima, cuidada, humana— incluye un té de cortesía, un gesto simple que invita a la charla sin prisa, como si el mismísimo Ernesto se sentara a la mesa con sus ojos cansados pero lúcidos. El recorrido no solo traza los pasos de su vida, sino también sus vínculos con Borges, la revista Sur, su trabajo en el laboratorio Curie, su amistad con Albert Camus y tantos episodios que cruzan la literatura con la historia, la ciencia con la filosofía, lo personal con lo universal.

Un mural del artista Martín Ron recibe a los visitantes como una invitación a mirar hacia adentro, a reencontrarse con una Argentina que supo —y aún puede— pensar, resistir y crear belleza incluso entre los escombros. Afuera, los jardines y arboledas que rodean la casa suman al encanto de un barrio que también guarda otro emblema: el Santuario de Lourdes, a solo unos pasos.

La duración estimada del recorrido es de dos horas. El aforo es limitado y las reservas se agotan rápido, porque lo que se ofrece aquí no es solo una actividad cultural: es una experiencia vital, una oportunidad de tocar la historia con las manos.

Para sumarse, basta con escribir por WhatsApp al 15-3614-9927. También se organizan visitas especiales para grupos, contingentes y clubes de lectura.
No es solo una casa. Es un espejo de la Argentina que supimos tener y que aún late, resistente, entre las paredes donde Ernesto Sabato soñó, denunció y escribió con tinta, pero sobre todo, con coraje.